Fue una técnica constructiva y un estilo arquitectónico muy común entre los profesionales del sector tras la Revolución Industrial, ya que ésta había dado paso a nuevos materiales y técnicas que hicieron posible los edificios y monumentos más representativos de ese siglo.
Cierto es que ya durante épocas anteriores hubo grandes momentos en los que el hierro era un elemento fundamental en la construcción, hay testimonios que conservan el uso de este material, en China durante la Dinastia Tang del siglo IX se uso el hierro para construir pagodas.
Recién comenzado el siglo, Boulton y Watt inventan la viga doble T y la usan por primera vez en combinación con columnas tubulares y un sistema de bovedillas de ladrillo para los entrepisos.
El proceso de desarrollo del conocimiento de los atributos del hierro así como las nuevas técnicas de producción, estructuración y desarrollo de sistemas constructivos, se mantuvo durante los primeros años del siglo XIX. Un ejemplo de lo anterior es la viga moldeada de sección T invertida utilizada en el pabellón de los enfermos del antiguo Hospital Charing Cross, en 1830 en Londres.
Hospital Charing Cross, 1818 |
Torre Eiffel
Otro claro ejemplo es la Torre Eiffel en París, Francia. Con una altura de 300 metros.
Es una estructura de hierro pudelado diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier, dotada de su aspecto definitivo por el arquitecto Stephen Sauvestrey construida por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París.
Cimientos: Los 2 pilares situados de un lado reposan sobre una capa de hormigón de 2 metros.
Los arcos: Tendidos entre cada uno de los 4 pilares, se elevan a 39 metros sobre el suelo y tienen un diametro de 74 metros.
Torre Eiffel, 1887, Maurice Koechlin y Émile Nouguier |
The crystal palace
Fue una edificación de hierro fundido y crital construida en el Hyde Park, en Londres. Diseñado por Joseph Paxton en 1851
El Palacio de Cristal británico causó enorme impresión en los visitantes, que en su mayoría provenían del resto de Europa. Su innovador diseño y los efectos visuales de una construcción de paredes de cristal lo convirtieron en un símbolo popular de modernidad y civilización, admirado por unos y denostado por otros.
The crystal palace, 1851, Joseph Paxton |
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